TRANSICIÓN DE RIGIDECES EN LA VÍA Parte IV



              


Soluciones  puestas en práctica por diversas administraciones ferroviarias
* Aumento de la sección de contacto de los durmientes con el balasto: se logra disminuyendo la separación entre durmientes, o  incrementando  su superficie de apoyo, rigidizando de esta manera en mayor medida la vía. Una de las formas, en el caso de obras de arte existentes, es mediante el empleo de durmientes de mayores dimensiones en su longitud, variando su largo escalonadamente en la zona de la transición. También si se incorporan 4 rieles, 2 exteriores y dos interiores a los de rodadura, unidos a durmientes especiales, también se aumenta la resistencia a la flexión del emparrillado de vía (Figura 8).
 


Figura 8.- Disposición de durmientes próximos una obra de arte para aumentar la rigidez.


ü Refuerzo de la zona de transición con pilotes en su basamento: esta solución propone colocar pilotes debajo de la plataforma en cercanías de los estribos aumentado progresivamente su longitud. Se ha comprobado que es una solución fácilmente ejecutable.

* Uso de losas de transición: colocadas entre el balasto y el sub-balasto con una pendiente de 1:200. Hay estudios que no aconsejan esta solución ya que rigidiza en demasía la zona de aproximación. Debido a esta causa las experiencias con losas de transición, usadas habitualmente como solución vial, no brindan resultados satisfactorios en el ferrocarril dado que se generan con frecuencia roturas de las mismas en donde éstas se asientan de manera creciente y diferencial en el terraplén favoreciendo la penetración del agua por las grietas generadas  provocando el colapso de  la zona de apoyo del emparrillado.

* Por medio de una capa de mezcla bituminosa: colocada entre la plataforma y el balasto, permite una mejor distribución de tensiones en la plataforma, especialmente cuando se funda en suelos blandos. Se verificó que no se deteriora la geometría de la vía.

*Geogrillas: consiste en una solución de celdas tridimensionales rellenas de materiales granulares que estando confinados en la misma, aumentan la capacidad de carga, la rigidez, la estabilidad de la vía y reducen los asentamientos en esa zona. Se han realizado investigaciones mediante la simulación del comportamiento del balasto con un refuerzo tipo malla, verificando el potencial de este tipo de refuerzos para disminuir el asiento de la vía, especialmente en líneas construidas sobre plataformas de baja calidad.

* Uso de plantillas en las zonas de vía rígida: se trata de disminuir la rigidez vertical  al ingreso de la obra de arte colocando almohadillas de distinta flexibilidad y variados espesores bajo el riel y sobre el durmiente, o bien suelas elastoméricas adosadas a la cara inferior de los durmientes de hormigón. Otra manera es instalar mantas elásticas debajo de la capa de balasto y sobre la superficie del tablero del puente, con espesores adecuados en función de obtener los resultados buscados. Todas estas acciones pueden combinarse y efectuarse sin inconvenientes pero deben usarse con precaución dado que sobre el tablero de un puente pueden aumentar las aceleraciones verticales en el balasto.

* Uso de durmientes de materiales plásticos en obras de arte: con el mismo sentido que la solución anterior, se trata de reducir la rigidez de la zona de ingreso a la obra de arte, a fin de aproximarla  a la de la zona anterior al de inicio del puente. Para ello se utilizan en la zona de ingreso durmientes de polietileno de alta densidad, el cual se puede reforzar con fibra de vidrio, combinar con cauchos modificados, reforzar con polímeros, y combinar con minerales. Estos durmientes presentan menor rigidez que los de hormigón, lo cual disminuye la rigidez en las zonas de la obra de arte en la que es sensiblemente mayor que la del terraplén.

*Cuñas invertidas: ya mencionadas como las primeras soluciones propuestas, estas cuñas se construyen junto a la obra de arte con grava de buena calidad tratada generalmente con cemento. Tienen una pendiente suave y el fin es alcanzar gradualmente la rigidez deseada. Es el método utilizado por las administraciones ferroviarias de infraestructura en la mayoría de los países europeos. (Figura 9).


ü Refuerzo de la zona de transición con pilotes en su basamento: esta solución propone colocar pilotes debajo de la plataforma en cercanías de los estribos aumentado progresivamente su longitud. Se ha comprobado que es una solución fácilmente ejecutable.

ü Uso de losas de transición: colocadas entre el balasto y el sub-balasto con una pendiente de 1:200. Hay estudios que no aconsejan esta solución ya que rigidiza en demasía la zona de aproximación. Debido a esta causa las experiencias con losas de transición, usadas habitualmente como solución vial, no brindan resultados satisfactorios en el ferrocarril dado que se generan con frecuencia roturas de las mismas en donde éstas se asientan de manera creciente y diferencial en el terraplén favoreciendo la penetración del agua por las grietas generadas  provocando el colapso de  la zona de apoyo del emparrillado.

ü Por medio de una capa de mezcla bituminosa: colocada entre la plataforma y el balasto, permite una mejor distribución de tensiones en la plataforma, especialmente cuando se funda en suelos blandos. Se verificó que no se deteriora la geometría de la vía.

ü Geogrillas: consiste en una solución de celdas tridimensionales rellenas de materiales granulares que estando confinados en la misma, aumentan la capacidad de carga, la rigidez, la estabilidad de la vía y reducen los asentamientos en esa zona. Se han realizado investigaciones mediante la simulación del comportamiento del balasto con un refuerzo tipo malla, verificando el potencial de este tipo de refuerzos para disminuir el asiento de la vía, especialmente en líneas construidas sobre plataformas de baja calidad.

ü Uso de plantillas en las zonas de vía rígida: se trata de disminuir la rigidez vertical  al ingreso de la obra de arte colocando almohadillas de distinta flexibilidad y variados espesores bajo el riel y sobre el durmiente, o bien suelas elastoméricas adosadas a la cara inferior de los durmientes de hormigón. Otra manera es instalar mantas elásticas debajo de la capa de balasto y sobre la superficie del tablero del puente, con espesores adecuados en función de obtener los resultados buscados. Todas estas acciones pueden combinarse y efectuarse sin inconvenientes pero deben usarse con precaución dado que sobre el tablero de un puente pueden aumentar las aceleraciones verticales en el balasto.

ü Uso de durmientes de materiales plásticos en obras de arte: con el mismo sentido que la solución anterior, se trata de reducir la rigidez de la zona de ingreso a la obra de arte, a fin de aproximarla  a la de la zona anterior al de inicio del puente. Para ello se utilizan en la zona de ingreso durmientes de polietileno de alta densidad, el cual se puede reforzar con fibra de vidrio, combinar con cauchos modificados, reforzar con polímeros, y combinar con minerales. Estos durmientes presentan menor rigidez que los de hormigón, lo cual disminuye la rigidez en las zonas de la obra de arte en la que es sensiblemente mayor que la del terraplén.

ü Cuñas invertidas: ya mencionadas como las primeras soluciones propuestas, estas cuñas se construyen junto a la obra de arte con grava de buena calidad tratada generalmente con cemento. Tienen una pendiente suave y el fin es alcanzar gradualmente la rigidez deseada. Es el método utilizado por las administraciones ferroviarias de infraestructura en la mayoría de los países europeos. (Figura 9).



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